Sistema de Desinfección Ultravioleta
Desinfección Ultravioleta para Evaporativos Portátiles
Disponemos la posibilidad ofrecer equipos un sistema integrado, para la eliminación de bacterias mediante luz ultravioleta, con una efectividad avalada por estudios de SGS.
Este sistema puede ser integrado en nuestros modelos COOL 5 y COOL 6.
En nuestros evaporativos empleamos luz ultravioleta TIPO C 200-280 de 10W.
Al contrario de las luces UV tipo A y B, el tipo C es el único que destruye las bacterias y los virus nocivos alterando la estructura y los enlaces moleculares de su ADN. Cuando se daña su ADN/ARN, el microbio ya no es capaz de reproducirse. Un microbio incapaz de reproducirse no causa ningún daño, ya que no puede propagarse ni infectar a otras células vivas.
Ficha Técnica Sistema de Desinfección Ultravioleta
La mayoría de la gente ha oído hablar de la luz UV y sabemos que puede dañar nuestra piel en forma de quemadura solar.
Sin duda, la luz UV procede del sol, pero ¿en qué se diferencia de la luz UV generada por las bombillas de los dispositivos de desinfección como Blue Box UV y otras unidades de desinfección industrial?
En primer lugar, debemos desglosar las diferentes longitudes de onda del espectro ultravioleta (UV).
El 95% de toda la luz UV de la Tierra es UV-A. Es la de mayor longitud de onda de los tres tipos de luz UV. Debido a su gran longitud de onda, los rayos UVA atraviesan con mayor facilidad la atmósfera terrestre y penetran en la superficie del planeta. Estos rayos UVA más largos pueden penetrar en la capa media de la piel (la dermis) y son responsables de los efectos inmediatos del bronceado o las quemaduras solares.
Los rayos UVB son los de longitud de onda media, filtrados en su mayor parte por la atmósfera terrestre. Debido a su mayor longitud de onda, no puede penetrar más allá de la capa más externa de la piel. Pero eso no significa que no sea peligrosa. Los rayos UVB siguen siendo responsables del bronceado retardado y las quemaduras, además de favorecer la aparición del cáncer de piel.
Es el tipo de radiación UV más dañino. Por suerte, nuestra atmósfera filtra completamente esta longitud de onda y es incapaz de alcanzar la superficie terrestre. Los científicos han sido capaces de sintetizar esta frecuencia con bombillas UVC por sus efectos germicidas desde la década de 1930.
La luz UVC destruye las bacterias y los virus nocivos alterando la estructura y los enlaces moleculares de su ADN. Cuando los virus y las bacterias se exponen a la UVC, vibran a una frecuencia increíblemente alta. Las partes vitales de los microbios no pueden resistir una sacudida tan violenta, por lo que se descomponen.
Cuando se daña su ADN/ARN, el microbio ya no es capaz de reproducirse. Un microbio incapaz de reproducirse no causa ningún daño, ya que no puede propagarse ni infectar a otras células vivas.
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